jueves, 3 de octubre de 2013

"¡AL FIN LLEGÓ LA ALEGRÍA!": LA CELEBRACIÓN DE LA TOMA DE CHAN SANTA CRUZ EN LA VILLA DE PETO

Todavía no se sabía de la esperada entrada del ejército porfiriano comandado por el General Ignacio Bravo en el histórico bastión de los “mayas rebeldes” de Chan Santa Cruz, cuando en varios pueblos y la capital de Yucatán se hacían preparativos para la celebración de la “reconquista”. Cuando de la Vega había tomado por tierra y mar a la villa de Bacalar, no hubo ninguna celebración del acontecimiento, porque el objetivo no era esa estratégica plaza. El objetivo, desde la década de 1890, era el antiguo bastión rebelde de Chan Santa Cruz.
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Estas celebraciones iban desde hacer una misa en honor a las tropas de Bravo y dando gracias al Cristo de las Ampollas por la “pacificación” en Mérida, hasta el repique de campanas de la catedral, disparos de artillería, quemas tumultuarias de voladores, y discursos de engolada oratoria. En los pueblos sucedía lo mismo: misas y discursos de oradores pueblerinos con ínfulas de ser glorias municipales. Sin embargo, en una villa la tónica fue distinta. Días previos a la “toma de Chan Santa Cruz” por las tropas de Bravo (no podemos hablar propiamente de una toma, por el hecho de que a Chan Santa Cruz lo encontraron desierto; los pocos combatientes que quedaban se habían replegado a los bosques), La Revista de Mérida, el 2 de mayo de 1901 daba noticias de una fiesta de pueblo que habían de realizar los habitantes de Peto (o las élites rurales petuleñas). Decía la nota de marras que:
“Con motivo de la próxima entrada de las fuerzas pacificadoras á Chan Santa Cruz, varios vecinos de la villa de Peto preparan una fiesta que promete estar muy animada. Comenzará el día 20 del actual y terminará el 27. Habrá bailes de etiqueta y populares, corridas de toros y otras diversiones”.
Una vez acaecida la tan anhelada noticia (véase aquí), las fiestas dieron inicio en casi todos los pueblos. El 11 de mayo, La Revista de Mérida ponía un curioso aviso en la página 3 de su edición de aquel día (ver fotografía), instando a los habitantes de Mérida y de todos los pueblos a la fiesta que los petuleños (o las élites rurales petuleñas) llevarían a cabo los días 20 al 26 de mayo. Sería la fiesta de la “alegría”, y este hecho es un fiel reflejo de los más de 40 años en que el partido de Peto había pasado, desde 1847, a convertirse en un partido de frontera donde el miedo a las incursiones rebeldes era la tónica. El miedo antiguo de las élites rurales, sedimentado por las incursiones de los mayas rebeldes a ranchos y pueblos del partido fronterizo, había replanteado los esquemas de las vidas cotidianas de los pueblerinos del partido de Peto: entre las bombas de aviso que señalaban la llegada de los “bárbaros”, y el espíritu militarista de una región acostumbrada a las armas, el miedo fue ubicuo en esta sociedad fronteriza. Pero ahora, como decía el aviso, “al fin” había llegado la alegría, y Bravo sería un digno ciudadano yucateco, y a don Porfirio hasta una estatua le habrían de hacer en el paseo de Montejo. El aviso de la fiesta era, por lo demás, esclarecedor de algunas pautas cotidanas que los pueblerinos petuleños harían en casi todo el siglo XX y hasta el siglo XXI. No sé si con esto marca la manía por ir a la laguna de Chichancanab, que en el siglo XIX, antes de 1847, estaba poblada de ranchos cañeros en sus márgenes. Ahora, el aviso de la fiesta decía que para los enfiestados había una “excursión a Chichankanab en un hermoso bote, pedido para el efecto”. Además, la novedad de las bicicletas daría pie a concursos de ellas, y algo que sin duda llama la atención para un microhistoriador, es ¿cómo los viejos petuleños de hace más de 110 años les cabía en la cabeza la idea de que los gatos pueden suplir a los caballos en concursos de carreras? Porque además de carreras de caballos, los petuleños asombrarían, a propios y a extraños, ofertando para la feria en honor a la pacificación de Chan Santa Cruz peregrinas “carreras de gatos”. A continuación, inserto la transcripción del aviso:
¡Al fin llegó la alegría! Dedicada á las fuerzas pacificadoras con motivo de la toma de Chan Santa Cruz. Dará principio el día 20 y terminará el 26 de mayo. ¡Tomen nota, comerciantes! Bailes, palo encebado, carreras de caballos, toros, gallos, trenes extraordinarios, carreras de gatos, ídem. en sacos, excursión á Chichánkanab en un hermoso bote, pedido para el efecto, concurso de bicicletas, etc., etc. ¡Acudid! ¡Acudid! Os divertiréis. Se invita cordialmente á los meridanos y á los vecinos todos del Estado, seguros de encontrar fraternal acogida por parte de los interesados.

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