sábado, 27 de julio de 2013

“Aquellos hombres avivaban supuestos nombres de Generales mayas como Quituk, Chay, Briceño”: Los saqueos del 17 de agosto de 1915 en la villa de Peto.

Fueron centenares de microrrevoluciones, no era la oligarquía que protestaba, era el pueblo pobre, los desamparados… Hugo Chávez Frías.
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El documento judicial de los saqueos de 1915 en la villa de Peto puede que no diga nada, pero puede que diga todo: se trata del enfrentamiento de dos grupos políticos del pueblo, que pasado el tiempo serían "socialistas" por un lado, y "peleceanos" por el otro. Los del primer grupo reunieron a un grupo de campesinos (150 sería la cifra máxima), algunos fuertemente armados, y los dirigieron para el saqueo de todos los establecimientos del pueblo. Los encargados del orden en la plaza, eran personas como Desiderio Alonzo y Antonio Palomo y Laureano Sánchez, los cuales serían connotados peleaceanos antes de la subida al poder de Carrillo Puerto, aunque para 1923 serían “reciclados” por los socialistas meridanos. Los saqueadores –campesinos del pueblo, algunos tal vez ex peones de las fincas de la región recién liberados por el gobierno revolucionario de Alvarado- eran encabezados por un tal Cancionilo Muñoz y Silvestre Sánchez, que pasado el tiempo se afiliarían a los socialistas. ¿Qué buscaban con el saqueo de las casas comerciales? Pues la pérdida económica del bando enemigo, arguyo, ya que una de las casas comerciales saqueadas fue la de Laureano Sánchez (o tal vez también aquí entre una pugna familiar entre Silvestre Sánchez y Laureano Sánchez, pero no podemos comprobar si eran familiares), pero el impulso de la clase campesina, que iba gustosa a saquear los establecimientos comerciales del pueblo, da una tónica especial de justicia “redistributiva” al saqueo referido: de algún modo, los campesinos tenían que hacer algo para hacérselas cobrar a los antiguos “amos” de la región..
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.El número de muertos fue de 2 solamente, pero esto es una prueba de las pugnas que se comenzarían a dar entre dos estructuras de poder contrapuestas...Lamentablemente, sólo cuento con un documento para trabajar el caso, un caso valioso, porque se señala con esto la”ideología de la guerra de castas” entre los amotinados petuleños. Para 1915 La Voz de la Revolución no dice nada de ello, y otros periódicos, en los repositorios de Mérida, se encuentran inservibles. Mientras tanto, transcribo una parte de la segunda declaración que hiciera un tal Ireneo Esquivel, que participó en el saqueo de la noche del 17 de agosto de 1915, y otra más de Crescencio Gutiérrez:
“Dijo: que siempre bajo la promesa legal de decir verdad que nos dos o tres días antes de los sucesos del diecisiete fue invitado por Bernabé Alamilla, Feliciano Martín, Cancionilo Muñoz, Marcelino Muñoz, Emilio Caamal y Marcial Montalvo y también por Juan de Dios Borges y Celedonio Gutiérrez, muertos estos dos últimos en los sucesos, para el saqueo y el incendio que debía verificarse en la noche del diecisiete de los sucesos; que se dieron cita en un lugar llamado las cinco calles, en el cabo y en rumbo Oriente de la Población que los conspirados eran muchos, como ciento, que estaban heterogéneamente armados, unos con escopetas de caza, otros con machetes, los menos con rifles Winchester y otros desarmados, que el grupo partió como a las once y media de la noche, a ejecutar el saqueo y el incendio de los establecimientos mercantiles que fueron atacados, pero que el protesta que lo llevaron obligado, y que lo retuvieron hasta que se disolvieron cuando concluyó la obra de saqueo y destrucción; que aquellos hombres avivaban supuestos nombres de Generales mayas como Quituk, Chay, Briceño etc. Que el que hacía de corneta era Emilio Caamal; que no era contra el Gobierno contra quien se dirijía aquellos actos, que lo único que tomó el declarante fue una montura que se encontró tirada fuera de los establecimientos mercantiles saqueados que cargó con ella y que como le era inútil, pues no tiene caballo, la tiró en un solar contiguo al suyo, cuyo lugar puede señalar”.
Crescencio Gutiérrez, otro de los declarantes, señaló sobre los saqueos del 17 de agosto, lo siguiente:
“Que se llama como queda dicho, de diez y seis años de edad, soltero, vecino y natural de esta población, de oficio labrador; que estaba durmiendo y serían como las once y media de la noche del diecisiete del actual cuando lo despertó la gritería que un grupo de gente se armaba en la calle de esta población que saqueó e incendió varios establecimientos mercantiles de ésta plaza; que tanto al declarante como a su hermano Celedonio Gutiérrez pasaron a invitarlos para ir al saqueo Catalino Cupul y Magdaleno Poot diciéndoles de esta manera “VAMOS, VAMOS MUCHACHOS, que están saqueando las tiendas del pueblo y hay que aprovechachar”. Y el declarante y su hermano acompañaron a los invitantes a la obra de destrucción y despojo. Que se apresura a manifestar que su hermano Celedonio es uno de los dos muertos de la noche del suceso. Que dicho su hermano iba llenando unas pitas de mercancías y que el exponente las iba acarreando al hogar; que ya estaba por dar cuarto viaje cuando fue muerto su hermano, así es que sólo pudo sustraer tres bultos que tiene guardados en el cabo de esta población, que también había tomado un paquete de cigarros que llevó a la milpa pero que con las lluvias habidas supone se haya destruido dicho paquete; que uno de sus viajes se encontró con Luis Pech quien llevaba solamente cierta cantidad de arroz y café, que Pech intentaba dar su segundo viaje cuando sabe cayó infraganti en poder de la justicia; que también pudo conocer en la noche del saqueo entre los saqueadores a Marcial Montalvo que portaba un machete y Aniceto Montalvo de quienes sabe que eran cabecillas de los saqueos; que cree haber podido distinguir unos ocho o diez rifles Winchester entre aquellos hombres; los demás tenían machetes escopetas o bien no estaban armados; que el jefe de los incendiarios es Cancionilo Muñoz pero que los autores son muchos y no los distinguió…”
Fuente
AGEY, Poder Judicial del Estado de Yucatán, sección Departamento judicial de Tekax, proceso instruido a Cancionilo Muñoz y socios por los delitos de robo, asonada y destrucción de la propiedad ajena por incendio, perpetrados en la Villa de Peto, serie juzgado de primera instancia de Tekax, c. 83 (1915).

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