miércoles, 15 de mayo de 2013

¿Cómo se puede festejar a los mulos de gis y pizarrón?

"Si tuviera que escoger una reforma estructural para que México avance hacia un mayor crecimiento económico, sería la educativa", escribió Paul Krugman, Premio Nobel de Economía 2008. Con eso se dice todo, con eso se señala la mala educación del país: el país, el estado, el municipio, la región, el chiquero aldeano, no tiene educación. Hoy, en la mañana, le pregunté a mi sobrina si no tenía clase, ella, de 6 años, me dijo que no, que es día del "maestro". Y me pregunto, ¿Qué hay que festejarle a esos vagos mal educados que mal educan, que mal enseñan, que no tienen ni un gramo de imaginación que no esté en el libro de texto, que sólo están para el escalafón y, anterior a los cambios actuales que se presentan en el magisterio, a la compraventa mercantil de plazas, o que sindicalizan hasta su dignidad en pos de las cotas de poder, del malsano poder? Las conquistas laborales del magisterio mexicano son conquistas de pachorrudos, conquistas de caca-senos. Hablaré por mí: de la primaria al bachiller, nunca hubo un pensamiento libre, crítico, proporcionado por ese mar de imbéciles de buena voluntad que se dicen "maestros". ¡Claro!, estaba en un pueblo donde el buey de la manada era el tuerto pensante. No tengo que agradecerles ni una mísera hora a ningún profesor, a ninguna profesora. Siento por esas gentes una tristeza profunda por su grado involutivo de cultura degenerada, pero al mismo tiempo siento (y no pienso, porque siempre digo que pienso, pero ahora sólo siento) un malestar profundo por el cáncer social que han dejado en sus vidas de mulos de gis y pizarrón: sólo el chip autoritario (las efusivas fiestas a la Revolución y sus desfiles fascistas), las clases mal preparadas donde la norma era que mandara a su “suplente”, la incultura manifiesta de esas gentes iletradas, el poco camino entre la barbarie y el salvajismo proferidas por sus prejuicios de sindicalistas adocenados al Priato, las lacras consuetudinarias que todos los días, pachorrudamente, despotricaban frente a su alumnado, es lo único que me acuerdo. Insisto, ¡no hay nada que festejarle a esos mulos de gis y pizarrón, pero sí, mucho que enseñarles!

No hay comentarios:

Archivo del blog