domingo, 1 de julio de 2012

Arte poética: le dieron votos al jumento

Y no, no me pensaré inscribir, ni al día ni a la semana siguiente ni menos en una década, al establo de los autoritarios, el fascismo no va con las zuelas de mi conciencia: este país que se vaya a la mierda con todos sus cadáveres y con todas sus putas y maricones demócratas y siervos del partido y mandamases en turno y corifeos de ensalada, al igual que también con sus proxenetas de albarrada. Volveremos a la barbarie, o seremos algo peor. Mucho peor. La noche más negra envolverá a los infelices de este suelo, hozándolos, hollándolos, pobres bovinos sin aire. ¡No me importa! Levantaré mi tumba de silencio, o mi mar de ostracismo a la deriva, y dejaré que todo fluya, que el cielo se caiga a pedazos de descreimiento o a burdos martillazos de dudas. Llevaron putas al establo, le dieron votos al jumento, y esta soledad histórica, pronto fue un pedo sulfúrico del cacique gordo de Cempoala redivivo...

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