viernes, 6 de enero de 2012

"Los gamberros de horca y cuchillo están limpios de toda culpa.." Atte: El obeso PRI local

En la cuenta mía de Facebook, subí una foto de la barbarie ocurrida el 1 de enero en un pueblo por lo demás, bárbaro y cerril. Posteriormente, un amigo de ese pueblo desmadrado por la barbarie de ciertos grupos de politicastros de poca monta –tanto tirios como troyanos, tanto autoritarios como derechistas- me señaló lo siguiente: “A 11 años de iniciar una etapa de participación ciudadana, el estilo y manejo caciquil de los problemas y permisos de todo tipo, todavía está presente lamentablemente en muchos de los municipios de México, y en este caso queseñalas, no hubo muertes que lamentar, pero si heridos con cierta consecuencia a largo plazo...” Y acto seguido, asentí a la breve opinión de mi amigo, con una filípica de desprecio inmensurable contra la barbarie ocurrida el 1 de enero de este malhadado año que comienza: Estoy de acuerdo contigo, Jose. Te pregunto si ya leíste las cínicas, obesas y asquerosas explicaciones del líder del PRI de ese pueblo de bárbaros, Rodolfo Alonzo. Este hijo de puta dijo así (cita textual): "La obligación de las autoridades era responder y al no haber respuesta pasó lo que pasó...Esto se pudo evitar contestando la solicitud que se hizo, con responder si se daba o no el permiso y por qué. Si no se daba el permiso, con que se dijera la razón era suficiente. Por medio del diálogo se pudo lograr un acuerdo sin necesidad de llegar a los extremos". Es decir, José, en la gordura cerebral de este señor priísta (
me pregunto si todos los priístas de ese indecente municipio están de acuerdo con lo que este señor líder local del PRI manifiesta), la barbarie se evita si somos complacientes, genuflexos y todo lo más condescendientes que se puede ser, con los autoritarios y con los bárbaros refocilados en su barbarie: aceptemos, dirá este líder local priísta de ese pueblo sin madre, las presiones de grupos autoritarios, las presiones de narcos, de delincuentes, o si no, atengámonos a las consecuencias que la violencia amerita. El gordo cínico también habla del "diálogo", y me pregunto si se puede dialogar con una turba salvaje que, inyectada de sangre en sus ojos, estaba dispuesta a lo que sea, hasta prenderle fuego a un edificio con tal de sacar de una mazmorra a su caro y bien amado líder cerril, martillando pistolas de por medio. ¿Puede existir un diálogo en medio de una violencia pueblerina, propia de incivilizados? Aparte de toda la mierda verbal y la falsedad olímpica que destila la bocaza prostituta de este hijo de puta priísta, este hombre termina su cinismo con mayor cinismo: "No trato de justificar lo ocurrido pues como ciudadanos debemos vivir en orden". ¿Cuál orden, señor líder priísta local?, ¿la orden de la ley de la jungla?, ¿la orden de por mis pistolas?, ¿a cuál orden se refiere ese priísta de ese pueblo de bárbaros?, ¿a la orden que hace del diálogo y la democracia civilizada papel sanitario con el que se limpian su cinismo esos hijos de puta? El PRI local petuleño ya dio su versión (subversión) de los hechos. El PRI petuleño, en voz de este gordo cínico, ya exculpó, ya le dio la absolución para que estén libre de toda culpa estos gamberros de horca y cuchillo comandados por su caro y bien amado y nunca bien ponderado líder ad eternum.

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