domingo, 20 de febrero de 2011

El Factor López Obrador


En el 2012, López Obrador, cisne, pato o cuervo negro de una izquierda cuaternaria entrampada en sus obnubilaciones ideológicas, no resucitará, él mismo, de su muerte política, de su anacronismo setentero, de su discurso incendiario, sino que generará un tremendo divisionismo (ya lo está generando, en Edomex ha pedido "permiso", para desligarse de una inteligente y pragmática coalición izquierda liberal-derecha progresista). López Obrador, retratado por Krauze como "el mesías tropical" que sigue las gastadísimas recetas de un nacionalismo revolucionario encerrado en su esquizoide jorongo nopalero, será, por el contrario, el factor decisivo para que el pudridero priísta regrese al poder. Y eso, como demócratas, no hay que permitírselo, no podemos permitirlo. Podríamos decir que el factor López Obrador sigue siendo un peligro, no para México, sino para la pírrica democracia mexicana. Y por el contrario, el factor López Obrador es un alivio para los tricolores de enfrente.
Porque el factor López Obrador es ni mandado a hacer para el pudridero priísta encabezado por Peña Nieto. Malos tiempos para la democracia mexicana, donde nuestra incultura política sigue estando ahí, entre los grupos de poder oligarcas a los que les interesa una chingada la justicia social; y los líderes políticos, como Obrador, a los que quienes primero los mueven sus desmedidas ambiciones de poder, importándoles nada el unir fuerzas contra el dinosaurio que se visibiliza a la vuelta de la esquina.

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