viernes, 4 de junio de 2010

Don Goyo Sánchezleoni


Al líder mesiánico del evangelio tropical, Greg Sánchez Martínez (confieso que el tipo ya ha caído en desgracia de mi simpatía política, y no por lo que se le imputa, no, sino por la irrazón insuficiente de que el Greg tuvo, tiene, y tendrá, a esa tránsfuga de la isla de Castro, Niurkita, para molestia de este pendolista camorrista), es posible de que se le acuse de todo: de la muerte del Tello, de la venta de Cancún al señor de la Barba (q.e.p.d), de la muerte de Dios, del pendejismo estructural de Fecal, del berrinche de Zizinho, de la falta de pantalones de Javier Aguirre, de mis ojeras a barlovento y a sotavento, de la polución y el desastre social de Cancún a manos del crimen político organizado, etc, etc.
Mi profecía facebooqueña, hermanos y hermanas, se ha cumplido (¡alabado sea Dios!, diría el narco político-narco pastor que derrumbó los muros del Jericó cancunense priísta).
Una nota de El Universal del día de hoy, señala que el testigo protegido y pagado por la oligarquía cozumeleña, "Lucero", ha salido con una nueva y fantasiosa especie, diciendo que, al parecer, don Goyo (en vez de Greg, considero que habría que cambiarle el nombre al narco político narco evangelista, para ajustarlo a su indiscutida personalidad de uno de los jefe máximos del hampa mexicana. Don Goyo es más fuerte, más estentóreo, más sonoro y más de macho de pelo en pecho, si se compara con el raquítico, afeminado y chabacano Greg) ha participado, cuando menos, en una cumbre perrona de lo más granado del narco mexicano, codeándose de tu a tu, de pu a pao, con barones y señores de la droga del nivel de el Chapo Guzmán, el Nacho Coronel, El Mayo Zambada, Los Arellano Félix y los Beltrán Leyva. Esta cumbre sucedió, según el Lucero de la oligarquía cozumeleña, en enero de 2009, en Acapulcoso feoso. Entre estos temibles zares de la droga nacional-trasnacional, uno de entre todos descollaba por su catadura siniestra, su biblia en mano y, seguramente por sus comentarios a la carta a los Efesios o Gálatas, dadas entre perico y perico de la fina. Ese hombre era Don Goyo, un bárbaro del norte quintanarroense dispuesto a hacer suyo el feudo del otro grupo delincuencial, el comandado por Don Coldwell y anexas. En esa cumbre de, según la PGR, "dimensiones históricas", acudieron los jefes de los cárteles de Sinaloa, Golfo, Juárez, La Familia, Los Arellano Félix, los Zetas y Don Goyo y su portentosa damisela. Me imagino que Don Goyo Sánchezleoni, presumía a su espigada hembra antillana, diciendo que era producto puro comunista de la Isla de Castro...
Uno puede suponer cualquier cosa, está en su derecho el acudir a la imaginación para recomponer una trama que se hace borrosa, intrincada. Todos los indicios, hasta ahora, apuntan a que el Greg, en realidad es Don Goyo Sánchezleoni, un temible capo de la narcopolítica en el estado de Quintana Roo, aunque no el único. Atrás se tuvo al sexenio cocainómano de Don Mario, y el futuro avisa que tendremos a Don Marito...

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