sábado, 3 de abril de 2010

El teatrito, la deuda y las "ruinas"


La Jornada cabecea esta foto de la caída del escenario en el que Sir John, el Juanga de la pérfida Albión, haría sonar sus melodías al piano, preguntando que si la caída del "teatrito" no se trata, en realidad, de una maldición de los brujos del agua ante tanto cinismo de la gobernadora y su equipo de desgobierno, que hace turismo de élite a costa del patrimonio cultural del pueblo maya yucateco, que es a ojos vistas excluido, apartado, ninguneado, de la insufrible frivolidad de este gobierno populista, pero que se mueve al ritmo de los intereses de la misma oligarquía que acunó y apapachó a Patrón Laviada.
A principios de febrero, el Diario de Yucatán advertía de los gastos indiscriminados y el disparo de la deuda pública en los PRI-meros 28 meses del gobierno jaranero de IOP: la deuda pública, decía el Diario, se disparó a 553%, pasando de $279.3 millones de pesos en septiembre de 2007, a $1,824.2 millones en diciembre de 2009. Esto significa que el Congreso de Ivonne (tiene mayoría), ha permitido la irracionalidad, la falta de mesura en la cuenta pública, al dar pábulo al endeudamiento por más de 25 años, con tres acreedores bancarios. No tenemos que ser expertos en finanzas y políticas públicas, para darnos por enterados, de que la discrecionalidad, la visión patrimonialista que ostenta el gobierno populista de IOP, han puesto en focos rojos las finanzas del erario estatal. Se gasta en todo: en las carretadas de dinero para el culto a la personalidad (Mario Renato Menéndez, Televisa y casi todos los pendolistas de la fauna periodística local, engordan a base de chayotes de la caridad ivonnecista), los automóviles de lujos para sus diputados, los relojes carísimos a actores cubanos, los anillos a la Gali, y esta elección de estado que se avecina, donde la billetiza para la compra de conciencias y la compra del voto verde y famélico, pujan por dibujar un antidemocrático carro completo para 2010.
No hay racionalidad en las finanzas estatales, no se vislumbra un ahorro y gastos en inversión que repercutan en el crecimiento económico para un Yucatán tan desigual y asimétrico. Ahora el pleito entre las cúpulas de los dos partidos de la derecha, el PRI y el PAN, estriba en que IOP, mujer "visionaria" según sus alabarderos, ha endeuda más al gobierno, señalan unos, al comprar los terrenos donde se encuentra el complejo arqueológico de Chichén, el pasado martes 30, en $220 millones de pesos. Los que aprueban hasta las acciones más peregrinas de la gobernadora, dicen que esta compra "constituye una acción de gobierno trascendental por lo que significa para la actividad económica del Estado en materia turística". Sea lo que sea, mi objeción a dicha compraventa, no estriba en el factor económico (220 milones de pesos no es nada, es una ganga), sino en la forma posible en que el complejo arqueológico sería utilizado -quiero decir, mal utilizado- por un gobierno que no se le cree su compromiso con lo que implica Chichén Itzá no sólo para Yucatán, sino para la humanidad total.

Pregunto: ¿qué diríamos, si el día de mañana, Ortega y Pacheco decide, por sus falopios, que la Gali, u otra piruja del espectáculo, contraiga nupcias arriba del Castillo, con los reflectores de Televisa incidiendo en la cantera milenaria?, ¿o qué haríamos si a Ivonne se le pega su soberana gana de dar su informe de gobierno en el Templo de los guerreros, con el pensamiento, tal vez, de que hasta las columnas le prestarían atención?, ¿tendrá sensibilidad este gobierno que le apuesta todo a la imagen, para no hacer estropicios a granel en un complejo arqueológico que representa mucho para el patrimonio de la humanidad? Y, por cierto, 220 millones de pesos se da de una sentada a don Barbachano, pero al pueblo maya, ¿qué? Esos "semi humanos", diría el Yucatán imaginario, no existen. En el gobierno de las mayorías multiculturales, sólo existen los pares, no la leperada cobriza y famélica..

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