sábado, 12 de diciembre de 2009

No perdono

No perdono, no olvido.
El odio, no la lucha de clases homicida, mueve este lápiz tan de mañana..
Que otros mejores que yo
(y hay miles, gusanos que se centuplican con la puta del recuerdo,
la casi nada condición humanana),
simios de buen corazón aburrido, olviden, perdonen.
Yo solamente odio tus imperfecciones, señor.
Yo solamente traigo mis fantasmas de la mano,
y voy con ellos a todas partes hablando.
Miro el mar como ellos lo verían,
miro los árboles, las muchachas en flor,
las crisálidas del otoño,
el negro dubitativo de la luna melancolía.
No perdono, no olvido.
En esta tarde cadavérica, las encrucijadas de la nada
reptan a la mesa, bañan de sombras el claro de la araña.
Yo también fui alguna vez una caracola olvidada,
las huellas de la araña salpicando las arenas de Mahahual.
Y hoy fumo desacompasado una canción de cuna
a todos esas fiebras del ayer moribundo.
Muérete, amor mío, y hazme feliz con tu cadáver.

1 comentario:

Anónimo dijo...

de que mujer hablaras gilberto???? yo creo que de ninguna.... va mas alla, no es mujer de carne y hueso.......... para que complicar la vida descifrando las palabras, no hace falta..son asi groseras, duras, faciles, locas y alcoholicas.... las hay de todo tipo...no elijas prueba cada una...

Saludos y ya te dare tu libro
Rubi.

Archivo del blog